• Luis Antonio Ladino Moreno afirmó que las nubes son un componente importante del sistema climático
    Existe una importante relación entre las partículas de aerosol atmosférico (integrado por partículas sólidas o líquidas suspendidas en el aire) y la formación de nubes, pues la interacción entre ambas participa en el ciclo climático, explicó el investigador del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático (ICAyCC) de la UNAM, Luis Antonio Ladino Moreno.

Las de aerosol son de dos tipos: naturales, generadas en bosques, incendios forestales espontáneos, volcanes y océanos; y antropogénicas, es decir, las producidas por el ser humano en la agricultura, actividades industriales y urbanas, abundó.

En los trópicos se emite una gran variedad, como urbanas, polvo mineral, biopartículas, aerosol marino, partículas agrícolas, cenizas volcánicas y las resultantes de la quema de biomasa, entre otras.

Debido a que las partículas de aerosol son vitales en la formación de gotas de nube y cristales de hielo, es de gran importancia mejorar nuestro entendimiento sobre el papel que desempeñan en la generación de nubes, añadió el químico y doctor en ciencias ambientales.

El también jefe del Departamento de Instrumentación y Observación Atmosférica de dicho Instituto recordó: se espera que la frecuencia de los fenómenos hidrometeorológicos extremos cambie debido a la crisis climática. Por eso esta información es relevante para determinar los posibles cambios en los patrones de precipitación en las zonas tropicales del mundo.

Ladino Moreno ofreció la conferencia “Interacción aerosol-nubes en latitudes tropicales: su importancia y desafíos”, dentro del seminario institucional del ICAyCC.

En el auditorio Julián Adem, el científico adscrito al Grupo de Interacción Micro y Mesoescala de dicha entidad universitaria destacó que en pocas partes del planeta (fundamentalmente los desiertos) no hay nubes, las cuales son un componente importante del sistema climático.

Las nubes bajas se conforman de gotas de agua líquida, las medias de gotas líquidas y cristales de hielo, mientras que las altas solo lo hacen con estos últimos. “Existen cinco mecanismos diferentes para formar cristales de hielo, y cuatro de ellos involucran partículas de aerosol”, detalló.

Para estudiar a nivel básico este mecanismo, los científicos analizan un fenómeno llamado nucleación de hielo, que ocurre cuando el agua cambia de estado líquido a sólido.

Las partículas que actúan como núcleo para la formación de cristales de hielo en la atmósfera se conocen como núcleos de hielo o partículas nucleantes de hielo (INP, por sus siglas en inglés).

De acuerdo con Ladino Moreno, las nubes altas o frías son esenciales porque la mayoría de la precipitación de los continentes en latitudes medias y tropicales se forma a través de las que contienen hielo. “Pueden ayudar a enfriarnos, ya que evitan que parte de la radiación solar llegue a la superficie terrestre”.

Aunque en diversos países desarrollados existen mediciones de esta interacción nubes-aerosoles a nivel regional, no sucede en los trópicos, donde hay escasa investigación científica y mediciones en latitudes tropicales. Lo que ahí sucede es importante porque estos son gran fuente de partículas de polvo mineral, provenientes de quema de biomasa y de origen biológico y agrícola, insistió.

En la zona tropical existen urbes densamente pobladas como la Ciudad de México, Sao Paulo, Río de Janeiro, Bogotá, Kinshasa, Bombay, Bangkok y Yakarta, ligadas a los océanos Pacífico, Atlántico e Índico.

El científico estimó necesario incrementar la investigación científica de su disciplina en estas regiones, pues tendrán alteraciones sustanciales con el cambio climático global. Incluso existe escasa información a nivel mundial en organismos como el Panel Intergubernamental de Cambio Climático.

Ladino Moreno dijo que los trópicos emiten una variedad de partículas de aerosol (naturales y antropogénicas) con diferentes capacidades de nucleación de hielo, por lo que tienen potencial para afectar el ciclo hidrológico regional.

“Nuestros resultados sugieren que la quema de biomasa (recurrente en los trópicos) juega un papel fundamental en el ciclo hidrológico de México”, precisó.

Ante la biodiversidad tropical (marina y terrestre) existe la necesidad de determinar si los trópicos son una fuente importante de INP biológicos; también de la agricultura, ya que es una actividad común en la mayoría de los países tropicales, concluyó.
Articulo recuperado de: https://www.dgcs.unam.mx/boletin/bdboletin/2024_665.html

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