Cada vez más personas las utilizan para trasladarse; la población de 25 a 34 años es la más relacionada con accidentes viales
- José Antonio Olvera Andrade y Francisco Javier Granados Villafuerte participaron en la charla Claroscuros de la movilidad urbana, un enfoque interdisciplinar, organizado por el PUEC
El empleo de bicicletas y motocicletas en la Ciudad de México para trasladarse al trabajo, a la escuela o repartir comida, por ejemplo, se ha incrementado en los últimos años y genera nuevos problemas para la movilidad urbana, señaló el académico del Instituto de Ingeniería (II) de la UNAM, José Antonio Olvera Andrade.
El especialista en Ingeniería del Transporte comentó que en consecuencia ha aumentado el número de accidentes entre ciclistas y vehículos motorizados, principalmente ante la falta de mayor educación vial.
No obstante, de acuerdo con la Secretaría de Movilidad de la Ciudad de México, de 2002 a la fecha se han logrado avances importantes en infraestructuras ciclista, en vialidades principales y secundarias, con el fin de integrar nodos de transporte público con conexión para estos usuarios.
Asimismo, se han construido ciclovías, ciclocarriles o carriles compartidos con el transporte público, además de senderos recreativos, biciestacionamientos y las llamadas cicloestaciones Ecobici.
Sin embargo, Olvera Andrade afirmó que estos esfuerzos se concentran básicamente en el centro de la ciudad, lo cual no resuelve el problema de movilidad en la periferia, en donde los riesgos de accidentes siguen latentes.
Durante el segundo ciclo de charlas con expertos: Claroscuros de la movilidad urbana, un enfoque interdisciplinar, organizado por el Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad (PUEC), de la UNAM, aseveró:
Información estadística sobre el número y tipo de sucesos que se registran entre ciclistas y vehículos automotores es incompleta, limitada y fragmentada, lo cual impide contar con análisis adecuados para realizar la correcta actualización de los reglamentos de tránsito o mejoras en la política de movilidad que consideren estas nuevas realidades.
Las deficiencias que registra el transporte público, así como los cada vez más severos congestionamientos viales han contribuido al aumento significativo en el uso de estos medios de transporte, añadió.
Olvera Andrade apuntó que después de los peatones, los ciclistas se ubican entre la población más vulnerable al circular por la metrópoli, y el hecho de que en algunas zonas se hayan realizado adecuaciones viales para mejorar la infraestructura para ellos, no necesariamente se ha traducido en menores accidentes por choque, caída y atropellamiento.
Con base en información disponible en diferentes fuentes, puntualizó, de 2018 a 2022 la alcaldía Cuauhtémoc ocupó el primer lugar en el número de viajes y de accidentes entre vehículos motorizados, seguida de Iztapalapa, Benito Juárez, Miguel Hidalgo y Gustavo A. Madero.
Se destaca que la población más joven, de 25 a 34 años, es la que presenta más lesionados o personas fallecidas, seguida del rango de 15 a 24 años.
Lo anterior podría relacionarse con la forma de conducir del ciclista: si no utiliza la infraestructura que hay en las vialidades, tampoco maneja con la protección mínima como el casco, o circula a exceso de velocidad o de manera impudente. Con frecuencia exigen ese derecho y quieren ganar ese terreno en las arterias, pero desafortunadamente no hay capacitación ni existe un reglamento para que conozcan sus obligaciones y derechos.
A fin de que el empleo de este medio de transporte sea alternativa real que contribuya a mejorar la movilidad en las urbes, lo primero es reducir el número de accidentes para lo cual debe ser obligatorio el examen de manejo como requisito indispensable para obtener la licencia de conducir.
De igual forma, poner en marcha novedosas políticas públicas que vayan más allá de imponer multas, enfocadas a fortalecer una verdadera cultura de educación en seguridad vial.
Al hacer uso de la palabra, el también académico del II, Francisco Javier Granados Villafuerte, se refirió al incremento en la utilización de las motocicletas e indicó que se trata de un fenómeno que responde a las nuevas necesidades de movilidad que tiene la población, ante lo cual tenemos que adaptarnos y actualizar el reglamento de tránsito.
El principal problema es que la mayoría de los conductores desconoce o no respeta la norma, manejan a exceso de velocidad y propician un serio aumento en el número de accidentes viales, enfatizó.
“Ha habido importantes actualizaciones del reglamento de tránsito, específicamente para quienes conducen motocicletas, particularmente en lo que se refiere al uso del casco, la prohibición para que viajen menores o los límites de velocidad, pero si el gobierno no hace cumplir esas modificaciones, cualquier normatividad será letra muerta”.
Artículo recuperado de:
https://www.dgcs.unam.mx/boletin/bdboletin/2024_442.html