• La UNAM fue sede del II Simposio Internacional de la Cátedra UNESCO en Diplomacia y Patrimonio de la Ciencia
  • María Andrea Giovine Yáñez informó que uno de los resultados es el posible descubrimiento del libro de microscopía más antiguo de las américas
  • Ana María Cetto Kramis indicó que en la Cátedra abogan por un mundo donde nadie se quede atrás en el acceso a la ciencia
  • El papel del científico en la sociedad debe orientarse a los más altos valores éticos, consideró Víctor Manuel Velázquez
    En el Instituto de Investigaciones Bibliográficas (IIB) de la UNAM se coincide con la Cátedra UNESCO en la visión crítica de la diplomacia de la ciencia desde los países del sur, mediante la valoración de sus epistemologías e identidades, dijo la directora de esa entidad académica, María Andrea Giovine Yáñez.

“No olvidemos que la diplomacia forja, y forjada sobre los valores de la ciencia es, precisamente, la creadora de la dupla ciencia-sociedad a partir de las grandes encrucijadas de la historia”, añadió.

La UNAM, a través del IIB y la Facultad de Ciencias (FC), en colaboración con la Universidad de Sharjah, de los Emiratos Árabes Unidos, realizó el II Simposio Internacional de la Cátedra UNESCO en Diplomacia y Patrimonio de la Ciencia. Legado Científico, Patrimonio de los Pueblos.

En la ceremonia inaugural -presidida por el embajador de los Emiratos Árabes Unidos en México, Salem Rashed Alowais- Giovine Yáñez destacó:

En el Instituto “encontrarán la veta del conocimiento inédito para entender a México a través de su patrimonio científico, tanto el propio como aquel que a través de la diplomacia científica llegó de otras latitudes”.

Ejemplo de ello es “la existencia de manuscritos árabes del siglo XVIII en nuestros acervos, evidencia de que el conocimiento no conoció ni reconoció fronteras y encontró las formas de cruzarlas a través de rutas que todavía estamos en proceso de entender, como parte de aquello que llamamos cultura”, apuntó.

En el auditorio José María Vigil, de la Biblioteca Nacional de México (BNM), expuso: ante un universo tan basto celebramos que este Simposio presenta resultados inéditos de investigación como parte de las colaboraciones realizadas con el personal de la BNM, “como el posible descubrimiento del libro de microscopía más antiguo de las américas”.

A partir de una sinergia natural entre la Cátedra y la Biblioteca “trabajamos con la Universidad de Sharjah y la Facultad de Ciencias de la UNAM en el diseño de programas conjuntos de posgrado alrededor de la diplomacia y el patrimonio de la ciencia”, abundó ante Julio Solano González, director de la Unidad Coordinadora de Sedes en el Extranjero, de la Coordinación de Relaciones y Asuntos Internacionales de la UNAM; y Mesut Idriz, presidente de la Fundación Internacional para la Historia de las Ciencias en el Islam, de la Universidad de Sharjah.

Construir una visión contemporánea

Ana María Cetto Kramis, titular de la Cátedra UNESCO de Diplomacia y Patrimonio de la Ciencia de la UNAM, señaló: durante cinco siglos la transferencia de conocimientos, tradicionalmente dominantes de norte a sur, ha moldeado una visión hegemónica de la producción del saber y, en gran medida, ha borrado de los anales de la ciencia nuestra identidad como pensadores, inventores y filósofos, pero nuestro pasado sigue ahí.

La también académica de la FC precisó que el interés común radica en construir una visión contemporánea e informada de la historia de la ciencia llamando a la diplomacia científica a unirse y a apoyarnos en este esfuerzo, en el que el pensamiento crítico, constructivo y el trabajo académico son clave.

Con instituciones científicas y humanísticas tan bien desarrolladas, “verdaderos reservorios de sabiduría y crisoles de conocimiento, como la UNAM y la Universidad de Sharjah, tenemos la madurez para idear nuestras propias iniciativas, compartirlas y llevarlas adelante con éxito”, algo que han demostrado al mundo, puntualizó Cetto Kramis.

Mencionó que en la Cátedra UNESCO abogan por un mundo donde -parafraseando las recomendaciones del organismo internacional sobre ciencia abierta- nadie se quede atrás en términos de acceso a la ciencia y sus beneficios, y también a la posibilidad de crear conocimiento.

Además, a ambas universidades las une una visión de humanidad conectada por el conocimiento y los valores que comparten, los cuales son más grandes que la distancia que nos separa, como afirmó el escritor mexicano Carlos Fuentes en su ensayo el Espejo enterrado.

En tanto, el director de la FC, Víctor Manuel Velázquez, rememoró que a dos años de haberse suscrito en la UNAM la Cátedra UNESCO es, hoy en día, un proyecto consolidado, activo y vigente. Esta tiene la necesidad de proveer una visión crítica sobre la relación entre la ciencia y las relaciones internacionales. Son temas que se discuten poco, pero a los cuales no podemos ser ajenos.

El papel del científico en la sociedad debe orientarse a los más altos valores éticos, sobre todo si a partir de la ciencia se puede contribuir a la solución de problemas humanitarios como cambio climático, salud y educación, subrayó.

Como parte de la Cátedra, hace dos semestres se estableció en la FC el curso transversal Introducción Crítica a la Diplomacia de la Ciencia, impartido por los profesores de la Facultad, Ana María Cetto, Yudy Liliana Tibaduiza Roa y Parsifal Fidelio Islas Morales.

Se trata de una actividad académica pionera en Latinoamérica porque rompe las barreras de acceso a la formación en diplomacia de la ciencia, espacio históricamente reservado a las élites desde las academias diplomáticas, que por primera vez se ofrece de manera gratuita en una universidad pública.

En la actualidad, la FC y el IIB trabajan, desde la Cátedra UNESCO, para desarrollar, junto con la Universidad de Sharjah, programas que apuntalen la presencia de la UNAM en Medio Oriente.

Artículo recuperado de: https://www.dgcs.unam.mx/boletin/bdboletin/2024_896.html

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