El rector Enrique Graue agradeció al artista que donara a la UNAM el mural “En Vilo”
- “Me siento honrado de estar en este recinto, en el que los grandes artistas de México han plasmado sus pinceladas”, expresó Sergio Hernández
- La exposición es una explosión de color y maestría, aseveró Rosa Beltrán Álvarez
- Es un paseo por los sueños del pintor que ha sido capaz de unir lo fantástico con lo terrenal, dijo Claudia Curiel de Icaza
El rector de la UNAM, Enrique Graue Wiechers; el artista plástico oaxaqueño, Sergio Hernández; la coordinadora de Difusión Cultural de la Universidad Nacional, Rosa Beltrán Álvarez; y la secretaria de Cultura de la Ciudad de México, Claudia Curiel de Icaza, inauguraron la magna exposición “Sergio Hernández”, en el Antiguo Colegio de San Ildefonso.
En la apertura de esta muestra, que reúne la más completa selección del pintor de origen mixteco y representante esencial de la llamada Escuela oaxaqueña, participaron también el coordinador Ejecutivo del Mandato del Antiguo Colegio de San Ildefonso, Eduardo Vázquez Martín; y el periodista, escritor y miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, Jesús Silva-Herzog Márquez.
Al dar la bienvenida, el rector Enrique Graue celebró la exhibición de alrededor de 100 obras distribuidas en más de mil metros cuadrados. También felicitó que se haya elegido el Anfiteatro Simón Bolívar para la inauguración, pues alberga el mural “La creación”, de Diego Rivera, que marca el inicio de la tradición muralística en México.
De igual forma, agradeció al artista plástico que donara a la UNAM el mural “En Vilo”, instalado en la biblioteca de la Facultad de Estudios Superiores Aragón.
En su oportunidad, Sergio Hernández afirmó sentirse muy honrado de estar en el Colegio de San Ildefonso, recinto en el que los grandes artistas de México han plasmado sus pinceladas.
Narró cómo fue su infancia en Oaxaca y, posteriormente, cuando viajó con su familia al Valle de México, donde vivió en Nezahualcóyotl, Aragón y Tepito. Luego, relató su regreso a su estado natal y aseguró que en su casa, a diario, suceden grandes acontecimientos y pasan relevantes personajes. “Todos los días de mi vida he conocido maravillas”.
Para Beltrán Álvarez la muestra no sólo reafirma la responsabilidad de la UNAM de difundir y promover las diversas expresiones artísticas, sino también apela al encuentro con la contemporaneidad, la historia y la memoria.
La exposición de Sergio Hernández, prosiguió, muestra que es heredero de la Escuela oaxaqueña de pintura, que tiene como punto de arranque la figura de Tamayo, que lo influye a través de una doble visión del mundo: por un lado, se ancla en las raíces del arte popular oaxaqueño, pero también del arte moderno y contemporáneo.
Su viaje es una aventura que va de la historia -con H mayúscula- al paraíso, y de la realidad a la utopía. “Bienvenidas, bienvenidos todos a esta explosión de color y maestría, con la que San Ildefonso y la UNAM se visten hoy de fiesta”, expresó.
En tanto, Curiel de Icaza indicó que la exhibición es un paseo por los sueños del pintor, que ha sido capaz de unir lo fantástico con lo terrenal, la abstracción con la figura, y tiene una admirable voluntad de imaginar.
Su obra es la develación de un universo misterioso, poblado de elementos simbólicos, cuerpos celestes, personajes mitológicos y animales, con una libertad creativa que da cuenta que, como en los sueños, la pintura abre caminos para nuevos sentidos, añadió.
Al hacer uso de la palabra, Vázquez Martín subrayó que la exposición surgió gracias a la iniciativa del rector Enrique Graue, y fue posible también por la cooperación y diálogo creativo entre el Estudio Sergio Hernández y el Antiguo Colegio de San Ildefonso.
“La obra reunida agrupa diversas técnicas, distintos formatos y múltiples relatos, que van desde el Popol Vuh y aquellos antiguos presagios que anunciaron la llegada de los extraños a Tenochtitlán, o los códices de la Conquista, hasta tablas que nos muestran de forma caótica, trágica e incluso esperpéntica, fiestas, sueños, delirios y pesadillas.
“Para enriquecer su visión, el artista echa mano de las mitologías y arquetipos que la humanidad ha creado a lo largo de la historia para representar tanto lo sagrado como lo temido o lo deseado: monstruos de nuestra razón, jardines alucinantes, acervos entomológicos de la tierra y la imaginación”, acotó.
El periodista Silva-Herzog Márquez comentó que en la exposición se puede observar cómo la fábula antigua y la crónica del presente se regodean al filo del lápiz, en la tersura de la madera y el cobalto, en el cinabrio y la infinita variedad de sus pigmentos.
Además, recoge la variedad de medios y exploraciones de Hernández en el gran formato, el grabado, la intervención de fotografías, la madera acariciada por el oro.
“Se puede ver el despliegue de una variedad de expresiones constantes como el mito, el dolor, el humo de los recuerdos, la barbarie. Nos deslizaremos por los meandros de la emoción, la toma de postura (de Hernández) frente a los horrores del presente que llega a sentirse desolador, pero también encontraremos el amor de un hombre que contempla las maravillas del mundo”, puntualizó.
En la inauguración también estuvieron: el director general del Complejo Cultural Los Pinos, Homero Fernández Pedroza; la curadora Marisol Espinosa Reyes; y el presidente del Patronato del Antiguo Colegio de San Ildefonso, Julio Serrano Espinosa, entre otras autoridades universitarias y del ámbito cultural.
La exposición permanecerá hasta el domingo 28 de enero de 2024 en este recinto universitario, ubicado en Justo Sierra No. 16, Centro Histórico, código postal 06020.
Para más información consultar la página electrónica http://www.sanildefonso.org.mx/
Artículo recuperado de: https://www.dgcs.unam.mx/boletin/bdboletin/2023_616.html