La arquitectura no es un medio de enriquecimiento, sino una manera de aportar a la sociedad, afirmó el profesor emérito de la UNAM
- Se une a la selecta lista de destacados profesionales en esta disciplina quienes han recibido el galardón
Ser universitario ha sido mi vida. Recibir el Premio Nacional de Arquitectura 2022 -que otorga la Asociación de Ingenieros y Arquitectos de México-, aunque es inesperado, me da mucho gusto porque siento que el reconocimiento se lo otorgan a la Universidad Nacional, a uno de sus egresados e integrantes de su comunidad, expresó el profesor emérito de la UNAM, Xavier Cortés Rocha.
Se trata del más alto honor que se puede conceder a un arquitecto en nuestro país; reconoce la trayectoria profesional y la excelencia en el ejercicio de la profesión. Se entrega a quienes han desarrollado una obra de características sobresalientes; realizado aportaciones significativas para el desarrollo del país, la sociedad y la disciplina; y durante su vida profesional han observado una conducta íntegra y ejemplar.
Cortés Rocha se une a la selecta lista de destacados arquitectos que han recibido el galardón, entre ellos: Pedro Ramírez Vázquez, Teodoro González de León y José Villagrán García.
Nació en Tampico, Tamaulipas, el 24 de febrero de 1943. Es arquitecto, maestro y doctor en la misma disciplina por la Facultad de Arquitectura (FA) de la UNAM; decidió dedicarse a esa profesión porque “permite crear y palpar esas realizaciones”.
De acuerdo con el universitario, el contacto con los estudiantes enriquece; los profesores aprendemos mucho de los alumnos, por ello la práctica docente es una de las más gratas de mi ejercicio profesional y ha cambiado a lo largo del tiempo. “No soy el mismo profesor que cuando empecé”.
Además, la tecnología ha evolucionado. “La reciente pandemia nos hizo ser profesores diferentes, a dar clase con ayuda de las plataformas digitales, las cuales tuvimos que aprender a usar en estos años”.
Un aspecto destacado de su labor es la dirección de tesis, que hasta ahora han sido más de posgrado, maestría y doctorado, que de licenciatura. Aunque ello representa experiencias diferentes, ambas son enriquecedoras, refirió en entrevista.
Cortés Rocha ha realizado trabajos de arquitectura, urbanismo, y restauración y conservación. “Recuerdo con particular gusto desde las primeras casas habitación que proyecté, hasta algunos trabajos de planeación, como el Plan de Desarrollo Urbano del Puerto de Acapulco, en 1980, y algunos trabajos de diseño de desarrollos habitacionales”.
Rememoró que estuvo a cargo de las obras en los monumentos propiedad de la nación, actividad en la cual dirigió trabajos destacados en Palacio Nacional y la Catedral Metropolitana, los cuales fueron muy importantes.
En los años recientes me ha tocado restaurar y rehabilitar tres edificios importantes: la Antigua Escuela de Medicina, que quedó estupenda en la parte que se trabajó: “La Secundaria”, el Promedicato y las Cárceles de la Perpetua, ya que ahí fue la sede de la Inquisición durante la época colonial. Asimismo, una vieja fábrica de hilados en ruinas es ahora una obra magnífica: el Centro de las Artes de Tlaxcala.
Actualmente coordina la etapa final de restauración de la antigua Escuela Nacional de Jurisprudencia, que en los próximos meses contará con instalaciones renovadas.
En la UNAM ha desempeñado diversos cargos; “todos ellos los he asumido con la mayor responsabilidad”. Recordó con gran agrado haber sido jefe de la División de Estudios de Posgrado en la FA, coordinador de Estudios de Posgrado en la Universidad y luego director de esta Facultad, “pero el reto más importante fue ocupar la Secretaría General de la Universidad. Más tarde fui designado profesor emérito”.
Entre sus planes está continuar con su labor docente y de formación de recursos humanos de excelencia, dirigir las tesis de sus estudiantes. “¿Qué más puedo pedir?”
El también ganador del Premio Universidad Nacional (2012); de la Encomienda de la Orden de Isabel la Católica, conferida por el Gobierno de España; y la medalla del National Council of Architectural Registration Boards, aconsejó a las nuevas generaciones comprometerse.
“La arquitectura, como otras profesiones, requiere de una vocación de servicio. No son medios de enriquecimiento, sino una manera de aportar a la sociedad. Cuando un estudiante se inscribe a una carrera para estudiar una licenciatura, eso es lo que debe saber: que se está comprometiendo a una disciplina de servicio, con toda seriedad”.
Herencia puma
El emérito relató que en su familia su padre y tíos fueron universitarios, por lo que para él fue una opción natural matricularse en esta casa de estudios. Una vez que se tituló obtuvo una beca del gobierno francés y una sobrebeca de la Universidad Nacional para realizar estudios de urbanismo en la Universidad de París.
“En esa época, en Francia se estaban haciendo obras muy importantes de urbanismo, de vivienda, de centros de turismo, y era muy importante para mí verlas. El tiempo que estuve ahí fue muy interesante y rico”, recordó el exdirector de la FA y exsecretario General de la UNAM.
Una “condición gratísima” para obtener la sobrebeca, detalló, fue que al regresar me integrara como profesor. Lo hice con mucho gusto y desde ese momento, hace 55 años, he sido docente en la Facultad de Arquitectura. Era muy joven, casi de la edad de mis alumnos; entonces, como ahora, ha sido maravilloso dar clases.
La ceremonia de entrega del Premio Nacional de Arquitectura se realizará en septiembre próximo, en el Palacio de Minería. “Estoy muy entusiasmado; recibirlo representa una gran satisfacción”, concluyó.
«Artículo recuperado de: https://www.dgcs.unam.mx/boletin/bdboletin/2023_627.html Boletín UNAM-DGCS-627 Ciudad Universitaria 11:00 hs. 17 de agosto de 2023″