• César Duarte Rivera, Monika Meireles, Aderak Quintana Estrada y Roberto Soto Esquivel analizaron la situación que se vive en la región en materia económica, política y social.
Aunque hay diferentes grados de incertidumbre económica en cada país, se trata de una situación que se puede generalizar. El escenario global no tiene perspectivas positivas, y ese contexto de desconfianza agrava tensiones no resueltas desde crisis financieras pasadas, coincidieron en señalar investigadores universitarios.
Al participar en el Diálogo 6: América Latina y la coyuntura financiera actual, organizado por la Red de Economía Fiscal, Financiera y Monetaria, y el Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM, César Duarte Rivera, de esta entidad universitaria, resaltó:
Los procesos inflacionarios que se presentan en la mayor parte del orbe producen consecuencias negativas importantes, adicionales a las que genera el conflicto entre Rusia y Ucrania.
En América Latina, recalcó, esa incertidumbre se profundiza por el factor político y el cambio de gobiernos ocurrido en los últimos años, que nos tiene en la expectativa de qué pasará. “No estamos seguros de los alcances que van a tener y hasta dónde se van a poder implementar algunas de las reformas propuestas, y qué implicaciones puede tener eso dentro del panorama de la región, o qué tanto se verán afectadas por las tendencias globales”.
En el caso de México, detalló en la sesión dedicada al tema Inflación, guerra y futuro incierto, después de largo tiempo se logró ese cambio, “al menos en el discurso del gobierno federal”; sin embargo, le ha tocado enfrentar la pandemia y crisis global.
El nuestro y otros gobiernos latinoamericanos van a afrontar un escenario incierto que pondrá en duda y a dificultar, aún más, que sus proyectos sean exitosos o cumplir lo que en teoría prometen, o lo que se espera que ocurra con ellos, opinó.
Incipiente recuperación
En tanto, Monika Meireles, también del IIEc, dijo que hay una extensión del dominio de la incertidumbre a partir, incluso, de la crisis financiera del Atlántico Norte de 2007-2008, a lo que se sumó la pandemia de COVID-19.
Ante ello, las respuestas en AL en términos de política pública anticíclica fueron apáticas e insuficientes para atender una crisis tan brutal, y a esto se añade la austeridad, que es “la madre del fascismo”.
El cruce economía-política es fundamental para entender y ubicar qué significa la incertidumbre. En Brasil, “apenas nos vamos librando del protofascismo más recalcitrante”, por ejemplo. América Latina tiene hoy un contexto político con un nuevo balance de fuerzas.
“Ojalá la segunda oleada progresista del siglo XXI en la región pueda hacer más de lo que hizo la primera, que no consolidó avances en el terreno social, y que profundice más el binomio desarrollo-democrática”, consideró.
Latinoamérica no está en una ruta despejada rumbo a la consolidación de los nuevos gobiernos, y ese es un factor que pone aún más desconfianza a ese futuro incierto que se vislumbra, alertó Monika Meireles.
La pandemia deja claro, con la ruptura de las cadenas globales de valor y de su reajuste para buscar proveedores más cercanos al mercado consumidor final, que esa es una causa estructural que contribuye a la aceleración del aumento del nivel de precios, y nos recuerda que ese incremento, en sí, no es tan problemático; sin embargo, lo es el tema que hay detrás: el efecto redistributivo del ingreso que tiene una aceleración inflacionaria. “Ese es un problema grave en una situación ya grave, dada nuestra incipiente recuperación pospandémica”, expuso la experta.
Hay que pensar que en los últimos 10 años tuvimos una inflación bajo control, pero con costos sociales para mantener en pie a bancos centrales operando bajo el régimen de metas de inflación.
Lo que estamos viendo como tendencia de la macroeconomía en naciones latinoamericanas son tasas de interés altas, siguiendo a la Reserva Federal de Estados Unidos; “el margen de maniobra de la banca central de países periféricos es poca”, subrayó Meireles.
Oportunidades
De acuerdo con Aderak Quintana Estrada, de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, hay falta de certeza, pero el futuro siempre es así. “Los mismos procesos económicos a escala global nos han enseñado que vivimos en constante incertidumbre”.
México experimenta un proceso interesante en los últimos meses, resultado de las afectaciones en las cadenas de valor globales de suministro que han sido dañadas por la pandemia, ya que en Asia aún luchan con el confinamiento. Algunas empresas decidieron buscar la reubicación y consideran a América Latina, en particular a México, para ese objetivo, lo cual trae oportunidades de crecimiento.
En esta región del planeta, los gobiernos tendentes a la izquierda generan un bloque y una oportunidad, “pero no hay que perder de vista que se sigue manifestando una polarización en lo político y lo económico”.
Además, prevalece la idea, sin importar si se trata de un gobierno de izquierda, centro o derecha, de la ideología de la austeridad, y eso marca todavía más la incertidumbre. La inflación también abona a esta y su manejo termina por acentuar la falta de certeza en el futuro, precisó Quintana Estrada.
Roberto Soto Esquivel, docente-investigador de la Unidad Académica en Estudios del Desarrollo de la Universidad Autónoma de Zacatecas, quien moderó la sesión, señaló que el proceso de desregulación financiera y comercial que inició a partir de la década de 1980, generó una serie de crisis recurrentes y cada vez más profundas.
Desde aquel año, el sudeste de Asia ha tenido un crecimiento promedio anual de siete por ciento; los países que integran el G7 (las economías más fuertes del mundo) registran crecimiento, en el mismo periodo, de 2.09; la región euro 1.06; los países que conforman la Unión Europea, 1.84; y América Latina, 2.43 por ciento.
Los pronósticos indican que durante el periodo 2023-2027 la zona del sureste asiático crecerá 5.14 por ciento; el G7, 1.4; la zona euro, 1.48; la Unión Europea, 1.74; y AL, 2.3 por ciento. “Ante eso cabe preguntarse ¿para quién es el futuro incierto, para quienes apuestan a la globalización-financiarización, o quienes proponen y aplican el regionalismo-nacionalismo?”, planteó.
Artículo recuperado de: https://www.dgcs.unam.mx/boletin/bdboletin/2022_965bis.html