El galardón reconoce sus diversas aportaciones en favor de la enseñanza en el ámbito Iberoamericano
La UNAM y la Universidad Hispalense comparten los valores de libertad, igualdad, justicia y el respeto irrestricto a la educación superior laica, pública y autónoma, aseguró el rector Enrique Graue Wiechers al ser investido
A lo largo de cinco siglos ambas instituciones han enfrentado momentos complejos de los cuales han sabido emerger y fortalecer sus autonomías y democracias universitarias, agregó
Su investidura simboliza los valores de entrega y gestión a la universidad pública, que se sitúa como un atalaya que defiende los valores democráticos, subrayó el rector Magnífico, Miguel Ángel Castro Arroyo
En ceremonia solemne, el rector Enrique Graue Wiechers, fue investido con el grado de doctor honoris causa por la Universidad de Sevilla (US) por sus aportaciones a la educación en Iberoamérica, reconocimiento que recibió en su calidad de rector de la UNAM y destacó que las dos instituciones educativas comparten los valores de libertad, igualdad, justicia y el respeto irrestricto a la enseñanza superior laica, pública y autónoma.
También coinciden, agregó, las dos universidades por la diversidad y pluralidad de ideas que las caracterizan, los valores democráticos que nos definen, el rigor académico que nos distingue y a la cultura que nos da identidad y fortalece.
Recibir este doctorado honoris causa me llena de orgullo y de satisfacciones, a sabiendas de que lo recibo en mi calidad de rector de la Universidad Nacional Autónoma de México y que es también a esta institución a quien se honra con esta distinción, expresó Graue Wiechers luego de recibir las insignias que lo acreditan doctor honoris causa: el libro de la ciencia, una medalla, el birrete laureado, un anillo y los guantes.
En el Paraninfo de la US, el rector Magnífico de esa institución, Miguel Ángel Castro Arroyo, afirmó que la investidura del rector de la UNAM simboliza los valores de entrega y gestión a la universidad pública, que se sitúa como un atalaya que defiende los valores democráticos, el acervo cultural y su vinculación con la enseñanza, con el compromiso y la visión crítica de la sociedad contemporánea. Se reivindica también el protagonismo de la universidad, sus derechos y obligaciones como una de las instituciones destinadas a iluminar el camino que debemos recorrer.
“Con este doctorado honoris causa se reconoce a la misma universidad como una, no solo como lugar de las ideas y de formación del individuo sino también como el espacio por excelencia del ciudadano, de la persona formada en los valores de la solidaridad, del humanismo y de la libertad”, subrayó.
La investidura al rector Enrique Graue, añadió, representa además la alianza de dos grandes universidades que reivindican seguirán trabajando por un mundo más justo, más sabio y más respetuoso; un espacio en el que todas las lenguas y todas las sensibilidades tengan su sitio.
Previamente, Ramón María Serrera, catedrático emérito de Historia de América de la US, dio lectura al laudatio del rector de la UNAM en la que aseveró que es uno de los intelectuales de más prestigio de la República Mexicana y un médico oftalmólogo de reconocimiento mundial.
Asimismo, remarcó que la UNAM que es el centro universitario más importante de lengua española a nivel mundial, tanto por su prestigio, por su número de alumnos y el relevante nivel de su planta docente.
Lazos históricos
Más adelante, el rector de la UNAM, Enrique Graue Wiechers rememoró los lazos históricos de la Universidad Nacional con la Universidad Hispalense.
Recordó la ceremonia en la que el rector Castro Arroyo para imponer el doctorado honoris causa de la US a Miguel León Portilla viajó hasta la Ciudad de México, debido a la avanzada edad del historiador mexicano. “Fue esta, probablemente, la última gran satisfacción que el doctor León Portilla tuviera antes de su lamentable partida”, expresó Graue Wiechers.
Asimismo, comentó que el exrector de la UNAM, Francisco Barnés de Castro, es bisnieto de Federico de Castro y Fernández, rector de la US en 1870, y nieto de Francisco Barnés Salinas, ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes durante la República Española. “La familia Barnés, como tantas otras, llegó con el exilio español y vino a revitalizar la vida académica de la UNAM”.
En la década de los años 20 del siglo pasado ambas instituciones compartieron las aspiraciones de autonomía. La UNAM la obtuvo en 1929, mismo año en el que en Sevilla se organizó la primera exposición iberoamericana y que dio origen al espíritu y vocación iberoamericana que caracteriza a esta Universidad.
Ante los rectores de las universidades de Valencia, España; y de Buenos Aires, Argentina; María Vicenta Mestre Escrivá y Ricardo Gelpi, respectivamente, así como del secretario General de la US, Martín Serrano Vicente, el rector Graue expuso que, a lo largo de cinco siglos, la UNAM y la Universidad de Sevilla han estado inmersas en sus entornos históricos, sociales, políticos y económicos y en permanente evolución.
Han enfrentado momentos complejos y aciagos: monarquías absolutistas, movimientos de independencia; dictaduras y polarizaciones republicanas de las cuales han sabido emerger y fortalecer sus autonomías y democracias para el fiel cumplimiento de sus metas de educación y generación de conocimiento.
“Y lo hemos logrado gracias a la convicción que tenemos en nuestro quehacer académico, con la fuerza de la inteligencia colectiva y con la visión puesta en el futuro de nuestras naciones”, subrayó Graue Wiechers.
Destacó que la Universidad de Sevilla ha tenido un crecimiento exponencial de su matrícula, se ha adaptado a los acuerdos de Bolonia y al Proyecto Europeo y que está a la vanguardia en investigación, lo que la hace un referente obligado en el panorama educativo español, en el Espacio Europeo de Educación Superior, en toda Hispanoamérica y en el resto del mundo.
En 2019, detalló, la UNAM firmó un acuerdo con la US para que los poco más de 40 programas de posgrado puedan optar por la modalidad de cotutelas y obtener una doble titulación. También hace unos días se signó una carta de intención para promover, aún más, la movilidad estudiantil.
“Por todo lo anterior, es un verdadero privilegio el poder recibir de la Universidad de Sevilla el doctorado honoris causa. Me causa un verdadero honor y me compromete con esta gran comunidad poseedora de una riquísima historia; de un presente deslumbrante y de un futuro esperanzador”, sostuvo el rector de la UNAM.
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