- La Universidad Nacional debe tener definiciones claras en el tema y evaluar si se requieren cambios normativos, consideró Leonardo Lomelí Vanegas
- Está conformado por ingenieros, educadores, sociólogos, especialistas en cómputo y en educación a distancia, entre otros
Al instalar el Grupo de Trabajo sobre la Inteligencia Artificial Generativa en Educación, el secretario General de la UNAM, Leonardo Lomelí Vanegas, afirmó que el avance vertiginoso que se ha registrado en los últimos meses en esta materia ha motivado gran inquietud.
“Es un tema sobre el que la Universidad debe tener definiciones claras, evaluar si se requieren cambios normativos y atender la inquietud de muchos académicos, acerca de cuáles serían las orientaciones generales y específicas sobre el uso de esta herramienta que, sin duda, hay que conocer, valorar en todo su potencial, dimensionar y estar prevenidos sobre las implicaciones éticas que puede tener su utilización”, aseguró.
Agradeció al equipo de trabajo -conformado por ingenieros, pedagogos, sociólogos, especialistas en cómputo y en educación a distancia, entre otras disciplinas- su disposición para reflexionar sobre el tópico y proponer directrices para atender el reto que nos plantea esta tecnología.
En tanto, el coordinador de Universidad Abierta, Innovación Educativa y Educación a Distancia (CUAIEED) de la UNAM, Melchor Sánchez Mendiola, enfatizó que el arribo de una popular herramienta de inteligencia artificial generativa (que crea contenidos), llamada ChatGPT, comienza a revolucionar el mundo del lenguaje, la información y la educación en el orbe.
“Ha sido la adopción tecnológica más rápidamente aceptada en la historia de la humanidad; actualmente tiene más de 200 millones de usuarios, logrados más pronto que Netflix, Facebook y TikTok”, argumentó.
La “explosión” de este nuevo recurso multipropósito, y de otras que en paralelo han surgido en los últimos meses, genera inquietud en la comunidad académica del planeta, la cual se cuestiona qué va a pasar, si los profesores serán meros esclavos de la computadora o si los estudiantes solamente plagiarán tareas, señaló.
Para analizar esta problemática, efectos, alcances, ventajas y riesgos de la nueva tecnología, la UNAM formalizó la creación del conjunto de especialistas universitarios quienes debatirán el tema y plantearán propuestas, a fin de aprovecharla de manera adecuada en el ámbito educativo.
Sánchez Mendiola precisó que esta iniciativa se lleva a cabo en respuesta a la petición del rector de la UNAM, Enrique Graue Wiechers, y del secretario Lomelí Vanegas, a la CUAIEED y demás participantes.
“Se hará con rigor, se incluirán sugerencias, recomendaciones e investigaciones sobre el tema, porque tiene muchas implicaciones educativas y éticas. Estas plataformas le pegan al corazón de uno de los elementos más importantes de la humanidad que es el lenguaje y la capacidad de comunicarnos, además de que se está constituyendo en un cambio de paradigma”, dijo.
Al hacer uso de la palabra, el titular de la Dirección General de Cómputo y de Tecnologías de Información y Comunicación, Héctor Benítez Pérez, propuso que en torno a la inteligencia artificial en enseñanza el grupo realice una revisión bibliográfica y del estado del arte sobre el tema. “Es importante consultar qué fuentes de información se están usando, la parte ética y las acciones legales”.
Sugirió acotar los alcances para tener un contexto claro de estas herramientas, no solo de GPT. “En términos de educación se puede hacer un Seminario Internacional de Alta Especialidad, con expertos de China y Estados Unidos, que tienen diferentes perspectivas”.
De acuerdo con el coordinador general del Centro de Estudios en Computación Avanzada de la UNAM, Boris Escalante Ramírez, vivimos un momento único, pues lo que hemos visto en los últimos meses sobre la llegada de la IA generativa es impresionante y afecta a prácticamente todas las áreas del quehacer humano.
“Es un método generativo, es decir, genera contenidos, lo que se refleja prácticamente en todo, pero en la educación se le puede sacar muchísimo provecho”, subrayó.
Recordó que una cantidad importante de profesores lo utilizan para crear contenidos y evaluaciones. “Es una herramienta que debe ser adoptada para la educación”.
Celebro que en la UNAM discutamos cuál es la mejor forma de emplear estas herramientas, pues incluye capacitación de los maestros, definición de políticas para evitar los sesgos y los plagios, así como asegurar la ética. Es un instrumento que llegó para quedarse y permitirá al alumno y al docente efectuar un análisis más crítico; está llamado a mejorar la educación, pero es importante hacerlo con cuidado.
Primeros acuerdos
En la reunión discutieron las posibilidades de trabajo y actividades que realizarán, las cuales incluyen: conjuntar, curar y diseminar información permanentemente actualizada sobre la inteligencia artificial generativa en contextos educativos, a través de la revisión de la literatura y de la reflexión colegiada; proponer recomendaciones, ajustes y usos para profesores de la UNAM e identificar vías de formación existentes para funcionarios, docentes, personal administrativo y estudiantes, así como implementar nuevas acciones formativas.
Además, proponer, comentar y difundir lineamientos de su uso, que sean un modelo para el desarrollo de los correspondientes a cada instancia universitaria; promover la investigación sobre el tema, con especial atención a los aspectos éticos, al desarrollo de plataformas para la recolección de datos y a sus aplicaciones en las diferentes disciplinas.
Asimismo, constituir una comunidad de aprendizaje sobre el tema donde se conjunten las visiones y expectativas de estudiantes, docentes e investigadores, considerando los aspectos de enseñanza, aprendizaje y tecnología.
Artículo recuperado: https://www.dgcs.unam.mx/boletin/bdboletin/2023_642.html