• Con su trayectoria ha entrado a la existencia de millones de lectores y admiradores en México, Polonia y alrededor del mundo, dijo el rector
• «A México le debo todo lo que soy»: Elena Poniatowska
• El embajador de México en Polonia, Alejandro Negrín Muñoz, aseguró que la galardonada es autora de una de las más vastas obras reconocidas y premiadas en lengua española
• Se dedica a lo más importante, lo más bello: a las humanidades, remarcó el rector de la Universidad de Varsovia, Alojzy Z. Nowak
Elena Poniatowska es una mujer universal con una labor sobresaliente en la literatura y también “por la libertad de su expresión, por su honestidad moral; por siempre abanderar las justas causas sociales y dar voz a quienes nuestra historia les ha relegado”, afirmó el rector de la UNAM, Enrique Graue Wiechers.
Al participar en el homenaje a distancia y entrega de una medalla que la Universidad de Varsovia otorgó a la escritora y honoris causa por la UNAM, debido a sus contribuciones literarias, periodísticas y en favor de las relaciones culturales entre México y Polonia, el rector expresó el cariño y respeto que se le tiene, y destacó que su obra es conocida y reconocida a nivel mundial.
Para un escritor y para un periodista, nada hay mejor que oír relatos de vida desde muy joven. “Desde el momento en que entré como reportera al periódico Excélsior escuché a los presos en el ‘palacio negro’ de Lecumberri y a sus familiares, todos ellos muy pobres”, rememoró la galardonada.
A su vez, el embajador de México en Polonia, Alejandro Negrín Muñoz externó: en las Jornadas de Homenaje a la escritora, organizadas por la Universidad de Varsovia, se habló de su incansable trabajo periodístico, su talento, imaginación y que “ha sido una voz de las mujeres, de los marginados, de los desposeídos y una voz en la defensa de los derechos humanos”.
En tanto, el rector de la Universidad de Varsovia, Alojzy Z. Nowak, indicó que la medalla es un reconocimiento a sus logros como escritora, pero también a su sabiduría, que demuestra tanto en sus obras, como en su día a día. “Es un reconocimiento a su influencia en el desarrollo social, en la educación de los jóvenes y en todo lo que en la vida es más importante: los valores humanos”. Añadió que la medalla se entrega a personas selectas.
Respeto y cariño
Más adelante, el rector Graue expresó: “muchas felicidades por este reconocimiento y por una enorme trayectoria, con la que has entrado en la existencia de millones de lectores y admiradores en México, Polonia y alrededor del mundo”. Para la comunidad universitaria y para el pueblo de México “basta con decir Elenita, para saber que hablamos de Elena Poniatowska”.
También calificó como acertada la decisión del Instituto de Estudios Ibéricos e Iberoamericanos de la Universidad de Varsovia y de la Embajada de México en Polonia de realizar el homenaje, el cual incluyó un encuentro de especialistas para analizar la obra de Poniatowska.
Este coloquio permitió a la escritora hacer lo que más le gusta: “intercambiar opiniones e ideas de manera natural y espontánea, con ciudadanos libres de un país que Elenita ha llevado en su sangre y que, sin duda, ha influido en la formación de su carácter, su obra y su personalidad. Creo que para ella no hay mejor homenaje”, agregó Graue.
Mexicana de corazón
Luego de agradecer el galardón otorgado por la Universidad de Varsovia, la homenajeada, Elena Poniatowska, recalcó: “puedo contarles que desde 1953, además de crónicas y entrevistas, he escrito novelas y cuentos. A pesar de haber nacido francesa, me volví mexicana de corazón y es a México a quien le debo todo lo que soy, mis hijos, mi vocación, mi amor y mi futura muerte. La escritura es para mí, al lado de mis hijos, la primera razón de vida”.
Poniatowska recordó que México abrazó a refugiados de guerra en 1939, los republicanos españoles, y más tarde a los polacos, hombres, mujeres y niños, a quienes la ciudad de León, Guanajuato, abrió sus puertas en 1943; en la Hacienda Santa Rosa vivieron mil 453 polacos víctimas de bombardeos.
Esa ciudad guanajuatense dio a jóvenes y personas de mediana edad la posibilidad de olvidar los tormentos de la guerra. “Entre los recién llegados, varios montaron una granja y se instalaron talleres; vinieron muchos hombres y mujeres capaces de ganarse la vida. En 2013 fui a Santa Rosa para participar en un homenaje de agradecimiento que los polacos rindieron a México, en el 70 aniversario de la llegada de esos refugiados de la Segunda Guerra Mundial”, refirió la escritora.
La doctora honoris causa por la UNAM recalcó que han sido numerosos los polacos notables en México, entre ellos Eva María Zuk, Fanny Rabel o Marek Keller, dedicados a diferentes profesiones. Ellos le han entregado a nuestro país los mejores años de su vida y demuestran con su creatividad que esta nación hizo bien en abrirles los brazos y recibirlos.
Voz de las mujeres y los marginados
El embajador Negrín Muñoz reiteró en las jornadas realizadas en su honor de la escritora y periodista, se recordó que es autora de una de las más vastas obras reconocidas y premiadas de la literatura en lengua española, en los últimos 50 años y que ha sido traducida en más de 20 lenguas.
El diplomático también destacó que el homenaje a Poniatowska reuniera a los rectores de las universidades más importantes de México y Polonia, naciones que, a pesar de su distancia geográfica, son cada día más cercanas. “La UNAM y la Universidad de Varsovia ocupan un lugar central en la relación entre nuestros países”.
Al retomar su mensaje, el rector Alojzy Z. Nowak expresó que Elena Poniatowska “se dedica a lo más importante, lo más bello: a las humanidades”; aborda la suerte de seres humanos, de la mujer mexicana y de todos aquellos que, por distintas razones, sin tener culpa, viven en condiciones de desventaja frente a otros.
Destacó que la también periodista nació en Francia, es mexicana, pero sigue sintiéndose polaca y para los estudiantes de ese país desempeña un papel importante; se sienten cercanos a ella y a su obra; su vida representa a varias naciones.
Día de júbilo
Urszula Ługowska, directora del Instituto de Estudios Ibéricos e Iberoamericanos de la Universidad de Varsovia, explicó: es la primera vez que se homenajea a la más grande escritora mexicana, periodista y cronista, en Polonia, tierra de sus antepasados.
Hoy es un día especial para las relaciones entre México y Polonia, dos países siempre amigos, de riquísimas culturas y tradiciones, unidos por fuertes lazos de cooperación científica, intelectual, cultural y económica. “Es un día de júbilo para la Universidad de Varsovia, para esta ciudad, para la comunidad polaca y mexicana, para todos los latinoamericanistas e hispanistas polacos, y para los lectores que leemos y lo seguiremos haciendo a pesar de todas las circunstancias, buenos libros, artículos y literatura”, aseveró.
Poniatowska, como ella misma lo ha expresado, se siente vinculada a la Universidad Nacional Autónoma de México, y nosotros, los latinoamericanistas de la Universidad de Varsovia, también nos sentimos muy unidos a la UNAM. Estamos seguros de que las Jornadas y esta celebración profundizarán aún más la colaboración y los proyectos comunes entre ambas instituciones, y en especial, con el Instituto de Estudios Ibéricos e Iberoamericanos, que a lo largo de diez lustros ha desempeñado la función de puente que une a Polonia con los países de habla hispana y portuguesa, concluyó.
El galardón que se entregó a la autora mexicana reconoce sus méritos y la importancia de su obra para los lectores polacos; además, culminaron las “Jornadas de Homenaje a Elena Poniatowska”, realizadas por la Universidad de Varsovia.
Elogio a la “maestra de letras”
Al ofrecer un mensaje laudatorio sobre la “maestra de letras”, la académica de la Universidad de Varsovia, Katarzyna Dembicz, destacó que Poniatowska y su obra son producto del diálogo intercultural, que busca desarrollar una comprensión profunda para aumentar la libertad, la capacidad de tomar decisiones, fomentar la igualdad y mejorar los procesos creativos.
En sus cuentos y reportajes están incluidos estos elementos y también destaca el diálogo humano, así como su pensamiento profundamente feminista. “La sensibilidad de Elena se balancea entre la multiculturalidad, pasión de vida y el diálogo que tiene su explicación no sólo en ser mujer, también por llevar una vida entre culturas y continentes”.
Sus obras, agregó, permiten el encuentro con la cultura y la historia mexicana, abarcan la lucha por la justicia y dan voz a los más vulnerables. Ejemplo de ello es su libro “Nada, nadie. Las voces del temblor”, en el que recoge testimonios de los sismos de 1985. “Elena es considerada la cronista de México”.
Asimismo, destacó que en sus libros es posible ver el modernismo como un enfrentamiento de visiones, un mundo lleno de dilemas, de grises, crueldad y belleza. “Nosotros los lectores, parados en la cima de tu obra, querida Elena; como comunidad e individuos, veremos mejor y entenderemos más de la realidad mexicana, latinoamericana y mundial”, expresó.
Estrechar colaboración
Graue Wiechers agradeció la invitación a participar en este reconocimiento a Elena Poniatowska y expresó a su homólogo Alojzy Z. Nowak el deseo de que pronto presenten -en Varsovia o en México- la edición del “Códice Vaticano B”, producto del trabajo conjunto de especialistas de la UNAM, de la Universidad de Varsovia y la Biblioteca Apostólica Vaticana.
A su vez, el rector Nowak manifestó su interés por seguir colaborando con la UNAM y con otras universidades mexicanas, ya que nuestra nación desempeña un papel importante en el desarrollo de relaciones humanas. El español es la segunda lengua más hablada en Polonia.
“Tenemos muchos lazos que nos unen y a raíz de esta colaboración, se fortalecerán. Las puertas de la Universidad de Varsovia están abiertas, de par en par, para recibirles”, indicó.