- El maestro Silva honró el compromiso social que ha caracterizado a los artistas formados en la UNAM, aseveró Leonardo Lomelí Vanegas
- El Espacio Escultórico es una opción ante la privatización y el control arbitrario del espacio público. Representa un ejercicio pleno de autonomía universitaria, sostuvo Federico Silva Lombardo
- La muestra es un justo homenaje a un universitario heterodoxo, dijo Miguel Armando López Leyva
- En nuestra Universidad él encontró un espacio de libertad y un laboratorio colmado de posibilidades, aseguró Gabriela de la Cruz Flores
Con motivo del centenario del natalicio de Federico Silva, el rector Leonardo Lomelí Vanegas y la familia del artista inauguraron la exposición “Federico Silva. Por un arte universitario”, en el Museo UNAM Hoy.
La iniciativa, expuso el rector, honra la memoria de un universitario excepcional, de un gran artista mexicano y universal que enalteció, de muy diversas formas, su compromiso con el arte, con vocación de servicio a su sociedad y que refleja valores relacionados con su pasado, con sus preocupaciones del presente, y que avizoran lo que quisiera que fuera su futuro.
“El maestro Federico Silva supo recrear lo mejor de nuestra tradición artística, honrar el compromiso social que ha caracterizado siempre a los artistas formados en nuestra Universidad, y fue un protagonista fundamental de este desarrollo artístico integral tan importante que se ha dado en los últimos 70 años en la Ciudad Universitaria”, señaló Lomelí Vanegas, acompañado por la viuda y el hijo del artista, María Esther González Tovar y Federico Silva Lombardo, respectivamente.
Asimismo, recordó que desde sus orígenes, la Ciudad Universitaria fue un espacio de integración plástica y en la que confluyeron los avances de la ingeniería, la arquitectura, así como las expresiones de grandes muralistas. A Federico Silva, doctor honoris causa de esta Universidad, le tocó participar de manera intensa en la ampliación del Centro Cultural Universitario y del espacio destinado a las Humanidades.
Recreó la tradición del arte mexicano desde una visión moderna e integró diversas expresiones artísticas para darle un sentido propio, que se puede considerar “un arte universitario”, resaltó el rector Lomelí, quien llamó a mantener vivo el legado del artista difundiendo su obra entre las y los universitarios y las generaciones futuras.
En su oportunidad, el escultor Silva Lombardo manifestó que destacar la presencia de su padre en la UNAM es valorar la importancia de un trabajo en equipo, pues en la historia de la humanidad el arte público relevante ha sido resultado de la coincidencia intelectual y sensible del artista con la autoridad que apoya su obra y los técnicos que la respaldan.
Asimismo, recalcó que el proyecto del Espacio Escultórico, coordinado y convocado por su padre en los años 70, inició y detonó un nuevo movimiento escultórico de arte urbano en el país, y de gran importancia en la historia del arte nacional.
“El Espacio Escultórico es la antítesis de un museo universitario concebido como espacio que fomenta el arte dirigido al coleccionismo; la antítesis del arte para ser embodegado; es una opción ante la privatización y el control arbitrario del espacio público. Representa un ejercicio pleno de autonomía universitaria, al margen de los intereses especulativos”, subrayó.
El coordinador de Humanidades, Miguel Armando López Leyva, expresó que Federico Silva fue un artista que recorrió las múltiples facetas de esta ardua profesión: el mural, la escultura, la pintura, entre otras. En la exposición compleja y rica pueden observarse documentos personales, registros fotográficos, bocetos, obras bidimensionales y tridimensionales procedentes de diferentes colecciones y acervos.
La muestra, añadió, es un justo homenaje a un universitario heterodoxo, por su formación académica interdisciplinaria y por su valor para asumir posiciones políticas y de compromiso social. “El maestro Silva y sus obras son patrimonio del país y del mundo, y desde luego, de la Universidad”.
Previamente, la directora del IISUE, Gabriela de la Cruz Flores, explicó que el origen de la exposición es la reflexión sobre el trabajo de Federico Silva en la UNAM donde estudió, laboró desde los años 70 y hasta el final de su vida. “En nuestra Universidad encontró un espacio de libertad y un laboratorio colmado de posibilidades”.
Asimismo, rememoró que el artista refirió que en la Universidad encontró un lugar en el cual es posible soñar con una revolución pacífica y humanística.
La muestra, que está abierta al público desde hoy y hasta el 28 de septiembre, está dividida en cinco módulos: Invención; Luz y energía libres; Resonancias; La serpiente de Piedra; y Huellas.
Además, incluye un programa de charlas, talleres y demás actividades en las que participarán la Facultad de Artes y Diseño; el Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad, entre otras instancias universitarias y culturales. También se elaborará una publicación editorial.
El Museo UNAM Hoy se ubica en calle Moneda No. 2, Centro Histórico de la Ciudad de México. El horario es de martes a sábado, de 11:00 a 17:00 horas.
Artículo recuperado de: https://www.dgcs.unam.mx/boletin/bdboletin/2024_234.html