El caparazón de una tortuga forma parte de su esqueleto, compuesto de 50 huesos.
Son reptiles omnívoros y se alimentan de corales, algas, calamares y medusas.
La dentadura de las tortugas marinas está conformada por picos de queratina ubicados en la parte superior de sus bocas.
En las épocas de reproducción e incubación de huevos suelen volver al lugar donde nacieron. Pueden incubar más de 100 huevos en un lapso de 60 días.
Se estima que una de cada 1.000 crías sobrevive y alcanza la edad adulta.
Las tortugas marinas pueden migrar largas distancias, alcanzando velocidades entre 27 Km/h a 35 km/h.
Son longevas, pueden vivir entre 150 y 200 años.