• Electrónica, telecomunicaciones y tecnologías de información son los vértices del mundo digital de los que ningún sector, sociedad o país pueden escapar, coinciden empresarios y académicos
• Imposible esperar resultados iguales a los de Asia o naciones del primer mundo, porque la realidad latina es diferente
En la actualidad es necesario generar mayor conciencia sobre los caminos de éxito que siguen los países con políticas industriales integrales, que les permiten crecer del tres al seis por ciento y que ahora incorporan estrategias de desarrollo digital.
Así lo estimaron empresarios y académicos reunidos en el “Seminario Diálogos para el desarrollo: de la Revolución Industrial a la Revolución Digital. Hacia una agenda digital para México”, organizado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM, la Confederación de Cámaras Industriales (CONCAMIN), El Colegio de México y el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC).
Arturo Oropeza García, investigador del IIJ, destacó que América Latina enfrenta el reto de sumarse a la revolución digital, tarea en la cual es imposible que las naciones estén solas, porque únicamente “se pueden tener resultados positivos frente a los grandes avances de otras regiones y otros países a través de una sinergia y combinación en esta materia”.
El también vicepresidente del Instituto para el Desarrollo Industrial y Crecimiento Económico precisó: el encuentro permite generar conciencia de la cultura de la transformación en México y la construcción de una agenda digital que debe realizarse mediante la intervención de los sectores público, privado y social con el liderazgo del Estado mexicano.
Héctor Guerrero Herrera, subsecretario de Industria, Comercio y Competitividad de la Secretaría de Economía, refirió que la innovación, digitalización, tecnología y transformación de los procesos industriales juegan un papel clave para ubicar a México en un esquema de crecimiento económico altamente incluyente y diversificado.
“La Secretaría de Economía se propone tomar un rol activo participando desde hace tiempo, y ahora de manera muy activa, en el diseño, conceptualización, vinculación e implementación de una política industrial, generando un ambiente propicio para la inversión y promoviendo dicha inversión en todos los encadenamientos productivos donde participa nuestra economía”, aseveró.
El funcionario añadió que la dependencia federal lanzó una plataforma que establece la meta de crecimiento de cinco por ciento del Producto Interno Bruto, en el mercado interno, empleo, empresas, fomento a la inversión, comercio internacional y regionalización acompañada de sus diferentes sectores.
A su vez, Raúl Gutiérrez Muguerza, presidente del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico, enfatizó que el siglo XXI concede la razón a quienes trabajan en favor de la aplicación de una política industrial integral para impulsar el progreso de sus naciones.
El también presidente del Consejo del Acero destacó que la aplicación de las nuevas tecnologías modifican los modelos de producción y, en consecuencia, la situación del mercado laboral y el entorno en el que se desenvuelven las empresas.
“Sin duda, la revolución digital abre un nuevo mundo de posibilidades, pero también de desafíos. La construcción de una agenda digital favorece, pero su ausencia magnifica los obstáculos por superar. La revolución digital es una cita a la que no se puede fallar, una realidad que se ha impuesto en todo el mundo, particularmente por la aparición del COVID-19 en todo el mundo”, consideró Gutiérrez Muguerza.
Al hacer uso de la palabra, Carlos Funes Garay, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Electrónica, de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información, recordó que la electrónica, las telecomunicaciones y las tecnologías de información son los vértices del triángulo que genera, habilita y soporta la continua evolución a un mundo digital del que ningún sector, sociedad o país puede escapar y quien lo intente quedará como mero espectador del futuro.
“Gracias a la revolución digital, y partiendo de la necesidad de ser más productivos, competitivos e innovadores, empresas y modelos de negocio están transformándose en todo el mundo, impulsados por tecnologías como la robótica, inteligencia artificial, impresión en 3D, ciencia de datos, comercio digital, sin dejar de lado el sector automotriz que se transformará de manera acelerada en los próximos años, y es importante estar atentos para mantenerse vigente en esas industrias”, explicó.
En tanto, Liu Jiude, CEO de Huawei México, explicó que la pandemia aceleró el uso de aplicaciones en la industria, y a una renovada era en la transformación donde las nuevas tecnologías establecen posibilidades que no visualizaban los empresarios, lo cual también generó beneficios a los consumidores.
Revolución digital
Mario Cimoli, secretario Ejecutivo Adjunto de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, destacó que para analizar lo que sucede en América Latina con las tecnologías de información, se debe tener una visión de lo que ocurre en la economía, sociedad y los sistemas productivos y tecnológicos. Por ello, consideró un error extrapolar lo que acontece en el orbe y con base en ello explicar el impacto en AL.
En materia de economía de mercado, destacó, a partir de 2006 los líderes y modelos de comercio son completamente diferentes y los mecanismos de política de competencia cambiaron.
Hoy, prosiguió, la COVID-19 aceleró la automatización, el uso de robots industriales y de servicio, donde sus precios son más bajos, por lo cual se prevé que uno de los efectos sea mano de obra barata. Se generó una nueva depresión donde el desempleo y el trabajo precario predominan. Para superar estos retos es necesario fomentar una política industrial que genere empleo, mejor distribución e igualdad, concluyó.