• Fue un universitario de grandes luces y pieza fundamental para la comprensión de la historia del México que aspiramos ser, subrayó el rector Enrique Graue Wiechers
• Libros, documentos y manuscritos servirán a estudiantes e investigadores para seguir las luchas de orden político que libró Heberto Castillo, resaltó Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano
• El comité de base principal de mi padre fue su familia, comentó Javier Castillo Juárez
• El Archivo Histórico de la UNAM recibe 243 cajas con 21 mil 276 fojas, fechadas de 1951 a 2010, con manuscritos, dibujos a mano, planos y fotografías, detalló Hugo Casanova Cardiel
A fin de perpetuar su memoria y atesorar su legado, la UNAM recibió el acervo del ingeniero Heberto Castillo Martínez, figura gigantesca en la protesta política contra el autoritarismo y en la defensa de la libertad de disentir y expresar opiniones, afirmó el rector Enrique Graue Wiechers.
Al encabezar la ceremonia de entrega-recepción del legado por parte de sus familiares, el rector agradeció la donación que se integra al Archivo Histórico de la Universidad, en donde se le catalogará, resguardará y pondrá a disposición de especialistas y estudiosos de nuestra historia y aspiraciones.
“Con este acervo que hoy recibimos, en esta que fue su casa, se mantendrá viva la influencia, el pensamiento y creatividad del ingeniero Heberto Castillo Martínez”, destacó el rector acompañado por Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, presidente de la Fundación para la Democracia Alternativa y Debate; y de Javier Castillo Juárez, hijo del ingeniero Heberto Castillo.
Graue Wiechers agradeció la presencia de Cárdenas Solórzano quien fue muy cercano al ingeniero Castillo y expresó: “juntos representan, probablemente, lo mejor de la democracia nacional”.
En su oportunidad, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano compartió que hace unos años se reunió con Teresa, esposa del ingeniero Castillo y con sus hijos, quienes le expresaron su interés por depositar en alguna institución estos archivos, a fin de que continúen siendo útiles al país y decidieron que el mejor sitio era la Universidad Nacional.
“Todos estos libros, documentos, manuscritos van a servir a muchos estudiantes e investigadores para seguir trabajando tanto en las luchas de orden político que libró Heberto por nuestra soberanía, por nuestra democracia, como para aquellas realizaciones de orden técnico y científico que pudo llevar a la práctica en proyectos importantes en nuestro país”, recalcó.
El rector Enrique Graue signó el documento de la donación y recibió simbólicamente artículos periodísticos de Heberto Castillo de manos del arquitecto Javier Castillo Juárez, quien compartió anécdotas de su padre, que decía que había dado clases en cuatro universidades: la UNAM, el Instituto Politécnico Nacional, el Colegio Militar y “honrosamente, en Lecumberri”.
Subrayó que el comité de base principal que tuvo su padre fue su familia y, en especial, su esposa quien fue muy valiente y siempre lo apoyó, más en el año 1968, cuando estuvo escondido en varias casas y no quiso salir del país. Asimismo, manifestó su agradecimiento a la familia Cárdenas porque siempre los ayudó, sobre todo, en ese año conflictivo.
Universitario de grandes luces
En la ceremonia presencial efectuada en la Torre de Rectoría, el rector dijo que el legado de Heberto Castillo incluye desde sus valiosas aportaciones al cálculo y diseño estructural -los diques flotantes y la famosa tridilosa-, así como apuntes para la docencia en Ingeniería, notas de su lucha por la independencia de organizaciones gremiales y sus reflexiones para la reforma democrática.
Destacó también que fue un perseguido y preso político y desde ahí ejerció un periodismo crítico y tenaz ante la arbitrariedad, la sinrazón y la violencia. En libertad supo construir con valor y dignidad movimientos sociales, partidos políticos y el camino a una nueva democracia.
“El ingeniero Heberto Castillo tuvo una vida intensa, con un gran equilibrio entre la ciencia, lo social, lo político y su familia. Fue un universitario de grandes luces y pieza fundamental para la comprensión de la historia del México que aspiramos ser”, aseveró el rector quien también comentó que en 1968 tuvo la oportunidad de oír uno de los discursos del ingeniero, de carismática figura.
En su oportunidad, el director del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación, Hugo Casanova Cardiel, entidad a cargo del Archivo Histórico de la UNAM, refirió que el fondo que reciben está integrado por 243 cajas que resguardan 21 mil 276 fojas fechadas de 1951 a 2010 e incluyen miles de manuscritos, dibujos a mano, planos, fotografías, folletos, boletines, volantes, así como dos mil 500 libros y revistas de la biblioteca personal del ingeniero.
Las aportaciones académicas y profesionales de Heberto Castillo son temas como la tridilosa, sus asesorías en materia de construcción, medidas para prevenir desastres en casos de sismos en el Distrito Federal, propuestas sobre energía, contaminación y medio ambiente y producción de lluvia para combatir las sequías, detalló.
Además, hay sólida información de los movimientos de Liberación Nacional, del estudiantil del 68, de las luchas sociales de los años 70, de la conformación de la izquierda partidista de segunda mitad del siglo XX, así como de los esfuerzos pacificadores en Chiapas y del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, entre otros.
“El fondo Heberto Castillo que hoy recibimos contiene información crucial para la investigación en diversos campos del conocimiento: para la Ingeniería, para la historia del pensamiento universitario del siglo XX y, por supuesto, para la historia contemporánea de nuestro país”, apuntó Casanova Cardiel.
En la ceremonia estuvieron el secretario General de la UNAM, Leonardo Lomelí Vanegas; la coordinadora de Humanidades, Guadalupe Valencia García; el coordinador de Proyectos Académicos e investigador emérito, Jaime Martuscelli Quintana; así como directores e investigadores de distintas entidades académicas.