• El también expresidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos dijo que no es el protagonista de los aportes, sino un testigo o un operario menor
• Se trata de cuatro volúmenes muy ponderados, con una baraja amplia de plumas expertas conocedoras de la obra del jurista universitario: Pedro Salazar Ugarte
La UNAM, en colaboración con otras instituciones educativas, presentó en el Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) la publicación “Aportes de Sergio García Ramírez al Derecho y al Humanismo”, obra en la cual participaron 47 autores quienes analizaron las contribuciones que en estas disciplinas realizó el Profesor Emérito de esta Universidad.
Al presidir el acto, el director del IIJ y cocoordinador de la publicación, Pedro Salazar Ugarte, aseguró: no se trata de una compilación de textos, “sino de cuatro volúmenes muy ponderados, con una baraja amplia de plumas expertas conocedoras de la obra de Sergio García Ramírez, con solidez y precisión”.
Se elaboró con rigor académico e intelectual, y con el aprecio, afecto y la admiración al maestro jurista. Se trata, resaltó, de una figura pública nacional e internacional, orgullo universitario, un referente: “contar con él, es contar con la experiencia, la probidad y la solidaridad”.
En el Aula “Floris Margadant” del IIJ, García Ramírez, investigador emérito del Sistema Nacional de Investigadores, afirmó que no es el protagonista de los aportes señalados, sino un testigo o un operario menor; “no pretendo ser modesto, sino justo”.
Y agregó: “recibí aportes de las víctimas, de sus derechos y de sus libertades de eso me beneficié, y luego me convertí en cronista de ello, ustedes son también los aportadores con su infinita generosidad, crearon un personaje que bautizaron con mi nombre; les agradezco desde la hondura de mi corazón, y desde mi pensamiento”.
Con rigor
De acuerdo con la coordinadora del Observatorio del Sistema Interamericano de Derechos Humanos del IIJ, Magdalena Cervantes Alcayde, para quienes se encuentran en los ámbitos del derecho humano, penal, laboral, agrario o del humanismo en general, leer a García Ramírez se vuelve obligado porque “sus ideas son referentes y sustento de las reflexiones actuales”.
María Elisa Franco Martín del Campo, del IIJ y cocoordinadora de las publicaciones junto con Guillermo Zepeda, informó que los artículos fueron sometidos a un proceso de dictaminación.
“Fue un espacio académico muy riguroso, fue además un acto de justicia del IIJ dar cuenta del reconocimiento intelectual y del respeto hacia uno de los juristas más destacados de Iberoamérica, servidor público intachable, integro; académico brillante, profesor inolvidable, que ha trascendido a su época”, enfatizó.
En tanto, el presidente de El Colegio de Jalisco, Roberto Arias de la Mora, mencionó que su labor “impone y abruma”, dada su honra a la palabra, la política y el Derecho, ya que afianzó su pensamiento humanista, tanto como académico, como servidor público.
Las coordenadas que me llevaron a realizar el texto que me correspondía, me las brindaron sus propias palabras: “la política es abogacía porque solicita, ataca, defiende, inquiere, requiere, argumenta; en juicio el abogado se dirige al juez para persuadirlo, el político se dirige al pueblo con el mismo designio, uno y otro esperan sentencia”, agregó.
Laurence Burgorgue-Larsen, de la Universidad de La Sorbona, comentó vía remota que las tres palabras que vienen a su mente en cuanto piensa en el doctor García Ramírez, son: elocuencia, sabiduría y compromiso. “El lenguaje que emplea al hablar Sergio está literalmente inspirado; ha marcado y sigue marcando la literatura académica”.
A su vez, el director del Instituto de Estudios Constitucionales del Estado de Querétaro, Rogelio Flores Pantoja, expresó su reconocimiento y gratitud por ser el jurista universitario “modelo y ejemplo”, y destacó su humildad permanente de acompañar y ayudar.
En tanto, Guillermo Raúl Zepeda Lecuona, también de El Colegio de Jalisco, entidad natal de García Ramírez, manifestó que la República debe celebrar a su Catón y Cicerón en su persona porque su obra, como dijo Carlos Fuentes sobre Alfonso Reyes, “es un monumento al trabajo”. Aún recuerdo que en algún momento don Sergio mencionó que hay que leer entre seis y siete horas diarias.
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