• Realizan una tarea fundamental al escuchar con atención y empatía, dijo Leonardo Lomelí Vanegas
• Tamara Martínez Ruíz afirmó que las POC son el enlace que contribuye a construir una comunidad más igualitaria e incluyente, en la que se fomenta una vida libre de violencia
• La CIGU reconoce el compromiso y responsabilidad que demuestran para la transformación de la Universidad, indicó Karla Amozurrutia Nava
Al participar en el primer Encuentro de Personas Orientadoras Comunitarias (POC) 2022, el secretario general de la UNAM, Leonardo Lomelí Vanegas, precisó que estas realizan una labor relevante para la institución. “Es una tarea importante la de escuchar con atención y empatía, y la de construir una relación de confianza que no siempre es sencilla”.
Se trata, continuó, de un trabajo paciente, de acompañamiento, en el cual hay que tender puentes entre los y las colectivas, y las distintas instancias de nuestra casa de estudios, funcionarios, autoridades y cuerpos colegiados que tienen la responsabilidad de efectuar acciones para prevenir y erradicar la violencia de género en la Universidad Nacional, y para generar una auténtica cultura de igualdad de género.
Ese quehacer arduo, especializado y voluntario, requiere de un gran compromiso; ayuda a cohesionar a la comunidad, a resolver varios de los problemas más importantes que nos aquejan y, sin duda, tiene el reconocimiento de las personas que se ven beneficiadas por los esfuerzos de las POC. “Esa es la mejor recompensa y el mejor indicador de que es un programa importante, valioso y al que vale la pena seguir apoyando”, recalcó el secretario.
Lomelí Vanegas también reconoció que durante muchos años no hubo canales adecuados en la Universidad para encauzar la diversidad de género y atender la situación de violencia, y aunque en los últimos años se ha llevado a cabo un esfuerzo importante en este sentido, es mucho lo que falta por hacer.
Felicitó a las personas orientadoras que trabajan en sus entidades y a quienes deciden integrarse a esta gran tarea en beneficio de la institución y de las comunidades que la integran.
Al hacer uso de la palabra, la titular de la Coordinación para la Igualdad de Género de la UNAM (CIGU), Tamara Martínez Ruíz, agradeció el apoyo y la labor de quienes contribuyen a que la igualdad de género y la lucha por una vida libre de violencia hoy sea una realidad en la Universidad más importante del país.
“Estamos en el camino, que no es sencillo ni rápido de recorrer, pero estar en él, con el compromiso y acompañamiento de las autoridades y de ustedes, es un impulso que hoy nos permite tener acciones concretas, y este encuentro con 230 POC universitarias es un ejemplo de ello”.
Recordó que ese Programa se creó en la Oficina de la Abogacía General, en 2017, como una estrategia para la socialización del Protocolo para la Atención de Casos de Violencia de Género de la UNAM, publicado en 2016, con la finalidad de institucionalizar y transversalizar la perspectiva de género en la vida universitaria.
Con la conformación de la CIGU, “este programa llegó a nuestras manos y se reconfiguró su objetivo; las POC hoy son ese enlace que contribuye a construir una comunidad más igualitaria e incluyente, en la que se fomenta una vida libre de violencia”, resaltó Tamara Martínez.
Ustedes, añadió, nos respaldan a canalizar a las personas que se les acercan en situaciones de presunta violencia de género, las escuchan e informan la ruta de atención; su desempeño con empatía, ética y confidencialidad es vital para que lleguen a las instancias correctas para denunciarla.
Varias de las personas orientadoras, además, participan en las comisiones internas para la igualdad de género o colaboran con ellas en la promoción de la cultura de igualdad, respeto y no discriminación. Por eso las POC son un elemento relevante para transversalizar la perspectiva de género.
También son muestra de que estamos en el camino hacia la igualdad sustantiva, donde la UNAM, como Universidad de la nación, educa hoy en este tópico, acotó.
En tanto, la directora de Gestión Comunitaria y Erradicación de las Violencias de la CIGU, Karla Amozurrutia Nava, expresó que esa Coordinación reconoce el compromiso y la responsabilidad que, de manera voluntaria, han demostrado las POC para la transformación de la Universidad.
Construir una casa de estudios igualitaria, diversa, incluyente y libre de violencias por razones de género, requiere el compromiso de todos, recalcó. Ahí, el papel de las comunidades universitarias es esencial y sus voces son fundamentales para encontrar los caminos colectivos que nos lleven a un bienestar común para todas las personas.
Este Encuentro, refirió, es el detonante de un espacio de trabajo comunitario con perspectiva de género, en red y en sinergia, porque “estamos convencidas, desde la Coordinación, que esta es la mejor forma de tejer la vida en comunidad, con los hilos de conocimientos y saberes que conforman nuestra casa de estudios”.
Y para ello se necesitan puentes de convergencia y comunicación con una perspectiva de derechos humanos; las POC son esas plataformas colindantes de acercamiento, de escucha empática y activa, finalizó.
Recuperado de: https://www.dgcs.unam.mx/boletin/bdboletin/2022_789.html