• La UNAM forma parte del trabajo mundial que investiga cómo se desplazan y toman sus decisiones
• En México se da seguimiento a una especie de mono araña, y dos de aullador o saraguato: Gabriel Ramos Fernández, del IIMAS
La UNAM es la única institución de Latinoamérica que participa en una iniciativa internacional de 15 instituciones de Europa y América, que investiga cómo se desplazan y toman decisiones los primates para conseguir sus alimentos de manera más eficiente e incluye las tres especies que viven en México y que se encuentran en riesgo de extinción.
Gabriel Ramos Fernández, del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas (IIMAS) de la UNAM, forma parte de este grupo de especialistas que indaga las rutas de forrajeo de los primates en su hábitat natural, un trabajo para el que retoman las observaciones realizadas por pares en investigaciones efectuadas con anterioridad.
El grupo identificó bases de datos existentes sobre 164 poblaciones de primates del mundo y sus condiciones ambientales que podrían ser utilizadas para estas investigaciones, publicando sus resultados iniciales en la revista iScience.
Las instituciones que intentan comprender cuánto saben los primates de su entorno son:
El Centro para el Estudio Avanzado de la Conducta Colectiva, de la Universidad de Konstanz, en Alemania, coordinador del trabajo; las universidades de Ámsterdam y Leiden (de Holanda): Oxford, St Andrews y Oxford Brookes, (de Reino Unido); Montpellier y París, (de Francia); Rochester, Salisbury y Austin Texas (de Estados Unidos); y la UNAM, de México; además del Real Zoológico ARTIS de Holanda; el Grupo Escocés de Investigación de Primates del Reino Unido; y el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Alemania.
El objetivo es “observar el comportamiento de los animales y, con eso, inferir sus capacidades cognitivas, entre las cuales podría estar la formación de mapas de su entorno, lo que les permite viajar de manera más eficiente entre parches de alimentos”, precisó Ramos Fernández.
Por ejemplo, continuó, se ha documentado que en la selva de África los chimpancés monitorean los árboles importantes en su dieta y, en cuanto detectan las primeras frutas, cambian sus rutas de forma que visitan a los demás de esa misma especie en el momento en que las frutas están maduras.
“Los chimpancés, quizás a través de un proceso que involucra cultura, conocen bien su entorno y pueden predecir cuándo habrá fruta y de qué especie. Se están anticipando de alguna manera en su comportamiento a las fluctuaciones naturales de su entorno que pueden ser bastante complejas”, consideró el investigador.
Aporte mexicano
De las poblaciones identificadas en el estudio se da seguimiento a tres especies que habitan en México: dos de monos aulladores, y una del mono araña, en lugares como Los Tuxtlas, Veracruz; la Selva Lacandona y Palenque, en Chiapas; y la Península de Yucatán.
El mono araña (Ateles geoffroyi) está entre las 25 especies en mayor riesgo de extinción en el mundo; el aullador (Alouatta palliata) está en menor peligro, porque hay varias poblaciones en diversos países; y el saraguato o mono aullador negro (Alouatta pigra), el cual es considerado vulnerable debido a los retos que enfrentan las poblaciones en la Península de Yucatán.
“Las principales amenazas que sufren las tres especies son la pérdida de hábitat por la transformación hacia otros tipos de uso, la tala de selvas para su conversión a la actividad ganadera o desarrollo urbano; en la península de Yucatán la amenaza principal es el desarrollo de los centros turísticos de la Riviera Maya que se han ido comiendo la selva, la cual sigue siendo particularmente importante para los monos araña y los saraguatos negros”, expuso el investigador.
Retomar experiencias
El primer paso de los expertos fue localizar aquellos trabajos que desde hace tiempo han seguido a los primates conforme se van moviendo en condiciones naturales, donde se toma la posición de un individuo por varios periodos y se tiene información sobre lo que hacen en su camino, refirió.
Para ello, realizaron una encuesta a más de 200 grupos de investigación en el mundo para saber qué tipo de datos tienen, en qué periodo los recabaron, cuántas especies y grupos, entre otros aspectos.
“Es importante utilizar estos datos porque en muchos casos ya no se van a poder colectar, debido a que las poblaciones o los recursos ya no existen. Hay lugares en África o Latinoamérica, por ejemplo, donde debido a las condiciones sociopolíticas ya no se puede entrar; es una propuesta para aprovechar los datos que ya no se podrán colectar. Aun así hay poblaciones en las que se puede monitorear a los individuos con drones”, ejemplificó.
El experto del posgrado en Ciencias de la Sostenibilidad, de la UNAM, puntualizó que si con eso es posible hacer mapas sobre las rutas de alimento, en lugares donde hay abundancia del mismo, se puede ver qué tan eficientes son las rutas de los animales.
En el trabajo, detalló, se identificaron estudios generados en el orbe, de 1970 a la fecha, sobre 164 poblaciones de primates; seleccionaron solo aquellos que usaron dispositivos GPS –los cuales a veces se colocan en los animales- o en aquellos donde los investigadores siguen a los animales y obtienen una gran variedad de información contextual, además de la posición de los primates conforme se van moviendo.