• Científicos universitarios aportaron sus conocimientos en el Consorcio de Investigación del Golfo de México, integrado por especialistas de diversas disciplinas e instituciones
• El documento es una herramienta útil para elaborar políticas de uso racional de los recursos naturales
Por su envergadura, el Atlas de Línea Base Ambiental del Golfo de México representa, hasta ahora, la más extensa caracterización oceanográfica que se haya desarrollado en el país; es una herramienta indispensable para la planificación y la toma de decisiones.
La obra del Consorcio de Investigación del Golfo de México (CIGoM), del cual forma parte la UNAM, es una representación geográfica de las características meteorológicas, de circulación, oleaje, hidrográficas, biogeoquímicas, biológicas y ecológicas de la región, con énfasis en la Zona Económica Exclusiva de México, la cual es de importancia estratégica ya que abastece de recursos naturales, alberga alta biodiversidad, sustenta el turismo y provee de servicios ecosistémicos, por lo que está íntimamente ligada al bienestar social y la economía nacional.
El contenido del Atlas se deriva del esfuerzo realizado de 2015 a 2021 por cientos de especialistas y colaboradores de diferentes instituciones y disciplinas, incluyendo investigadores, posdoctorantes, estudiantes de licenciatura y posgrado, técnicos, miembros de la tripulación de buques oceanográficos y personal de apoyo del proyecto. La obra está integrada por 11 tomos y es punto de referencia crucial para análisis futuros.
En la presentación, efectuada en la Unidad de Seminarios “Dr. Ignacio Chávez”, Rigel Alfonso Zaragoza Álvarez, investigador del CIGoM y coordinador general del documento, recordó que el 20 de abril de 2010 se registró una gran explosión en la plataforma Deepwater Horizon que provocó el mayor desastre por derrame de hidrocarburos registrado en el Golfo de México.
En ese momento, el gobierno mexicano y la comunidad científica indagaron las repercusiones sobre los ecosistemas dentro de la zona económica exclusiva del Golfo; había un vacío de conocimiento y falta de tecnología para realizar los estudios. Por ello, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y la Secretaría de Energía emitieron una convocatoria para realizar las investigaciones.
De esa manera se creó el CIGoM, en el cual también colaboran instancias como los centros de investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional. De 2015 a 2021 hubo aproximadamente 300 investigadores trabajando en el proyecto, y uno de sus resultados principales es el Atlas.
Trabajo complejo
Al referirse al Tomo II. Circulación oceánica y oleaje, el director del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático (ICAyCC) de la UNAM, Jorge Zavala Hidalgo, mencionó que “el consorcio ha sido una experiencia diferente de lo que normalmente se hace en ciencia; sin esta forma de trabajo, coordinada y colaborativa, no hubiera sido posible su realización” (del Atlas).
Además, destacó el reto de presentar en 80 mapas la circulación del Golfo, porque tiene una de las corrientes más intensas del planeta, con una gran cantidad de remolinos que se desplazan, a lo cual se suma la influencia de los sistemas meteorológicos que provocan variabilidad. “Hay que llamar la atención en el esfuerzo que se hizo y lo complejo que fue”.
Con respecto al Tomo I, Meteorología, Rosario Romero Centeno, también del ICAyCC, dijo que esta tiene una influencia determinante sobre las condiciones y las características oceánicas, en este caso, del Golfo de México: temperatura, salinidad, oleaje, corrientes, etcétera. Además, cada año ocurren eventos extremos que también impactan las condiciones oceánicas.
Entre otros aspectos, la obra explica la importancia del conocimiento sobre las condiciones atmosféricas, así como las meteorológicas típicas que afectan al Golfo, incluyendo definiciones como frentes fríos, ciclones tropicales, entre otros.
Rosa María Gutiérrez Ríos, del Instituto de Biotecnología de la UNAM, expuso que el Tomo X. Distribución de Bacterias, es el primer estudio a gran escala de la zona en este tema. “Algunas bacterias son indicadoras de la salud. Cambios en las concentraciones de clorofila hablan de modificaciones en las concentraciones de carbono, nitrógeno o azufre, que refieren a transformaciones del clima y del mar que influyen en nuestra vida cotidiana”.
Es importante conocerlas y este primer estudio seguramente ha sido algo sin precedentes en el país y en el mundo; ningún otro cubre una zona tan extensa como la que nosotros estudiamos. Ahora esperamos que los datos obtenidos sirvan para hacer contrastes futuros y puedan ser utilizados por los tomadores de decisiones para elaborar políticas de uso racional de los recursos naturales del Golfo, comentó.
Gilberto Hernández Cárdenas, académico de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Iztapalapa y también coordinador general, refirió que consta de cerca de mil 200 páginas en total, con información original, interesante para el público en general.
Los textos son entendibles; los más de mil 300 mapas contenidos en los 11 tomos son autoexplicativos; “fue un reto lograr la homogeneidad en la cartografía”. Asimismo, se estandarizaron los volúmenes para que tuvieran capítulos en común, entre ellos las bases conceptuales del tema y la generación de los datos.
El experto recalcó que el Atlas puede ser de utilidad para diferentes usuarios, como la Secretaría de Energía, los sectores de ecología y ambiente, transporte, clima, conservación y manejo de recursos, investigación y protección civil, porque aborda cuándo se presenta un huracán, los nortes, etcétera.
Margarita Gallegos Martínez, de la UAM Iztapalapa, al referirse al Tomo VI, Pastos marinos, detalló que se efectuaron registros de parámetros físico-químicos, como temperatura, salinidad, oxígeno disuelto, nutrientes y el análisis de los indicadores de salud de esos pastos.
Establecimos dónde están distribuidos y cuál es la superficie que ocupan en cada una de las regiones de estudio. “Es un dato importante porque no conocíamos dónde están, qué especies los constituyen, y menos aún, la extensión que ocupan. Eso significó un trabajo de cuatro años, porque mapear la zona costera en el Golfo, no es tarea fácil”.
Los 11 tomos del Atlas, que también coordinaron Sharon Herzka y Edward Peters, son: Introducción; I Meteorología; II Circulación Oceánica y Oleaje; III Primera parte. Hidrografía, biogeoquímica e imágenes de satélite; III Segunda parte. Comunidades marinas; IV Hidrocarburos; V Contaminantes, biomarcadores y bioindicadores en organismos; VI Pastos marinos; y VII Hábitats críticos y hotspots de tortugas marinas.
Asimismo: VIII Zonas de alta agregación de cetáceos; IX Hábitat potencial de peces pelágicos mayores, y X Distribución de bacterias. Todos pueden ser consultados de manera gratuita en la dirección atlascigom.cicese.mx.